viernes, 5 de junio de 2015

¿Qué es Pentecostes?


Observé el siguiente vídeo

PENTECOSTES


50 días después de la resurrección, los apóstoles están reunidos en el Cenáculo de Jerusalén, esa “habitación del piso de arriba” en la que Jesús instituye la Eucaristía el día de la Cena. Es un lugar de vida, donde los apóstoles comen y rezan. Es aquí donde después de la muerte de Jesús, los apóstoles se esconden “por miedo a los judíos” (Jn 20,19) y donde se les aparece.

Pero este día de Pentecostés, explica el Padre Michel-Marie Zanotti-Sorkine, sacerdote de la parroquia San Vicente de Paúl de Marsella, “no habría que imaginarlos estremecidos de miedo, como se les muestra la noche del arresto de Jesús, o incluso el día de su terrible crucifixión”.

“Después de estos instantes trágicos marcados, es verdad, por la cobardía y la traición de la mayoría de ellos, los apóstoles vieron a Jesús en su cuerpo glorioso, a orillas del lago de Tiberíades, y en esta sala donde se encuentran en este momento. Ellos escucharon su voz, comieron con él filetes de pescado, recibieron sus consignas y todavía más: su perdón. Y finalmente le vieron desaparecer en el cielo, como una vela que se apaga. Su fe es por tanto restaurada, su fervor ha salido a flote, ahí están dispuestos a anunciar ahora la buena nueva hasta los confines del mundo”.

¿Pero por qué a esta hora los apóstoles continúan todavía en esta casa, en lugar de ir por el mundo, sin perder un minuto, a anunciar la resurrección de Cristo?

“Porque ellos esperan y se preparan en oración, como debe ser, para vivir la gran promesa del Padre de la que Jesús les ha hablado”. No salgáis de Jerusalén, les dijo a los apóstoles “Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hch 1,5). Entonces él vendrá sobre vosotros, recibiréis una “fuerza”, y seréis “mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8).

Esta “fuerza” llega sin avisar. Con un ruido parecido a una violenta ráfaga de viento, los apóstoles ven aparecer lenguas de fuego que se dividen para posarse sobre cada uno de ellos. “Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (Hch 2,4). Este milagro de lenguas indica que ahora la Iglesia es universal y misionera. Se dirige a todos, superando las barreras étnicas y lingüísticas y puede ser comprendida por todos.


Acción del Espíritu Santo en Jesús

EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA Y MINISTERIO DE JESÚS

“…Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo... y he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”, Mt. 1:18-20.

El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento sobrenatural. El Señor Jesús fue concebido en la matriz de María, por el poder del Espíritu Santo (la concepción de un hijo es una maravilla por diseño de Dios), podemos decir a la luz de éste acontecimiento que el Espíritu Santo da vida, genera vida. Él nos lleva a una nueva vida en Jesús y es quién sostiene esa nueva vida. Por tanto es vital la comunión con el Espíritu Santo.

En el bautismo de Jesús vemos la manifestación gloriosa del Espíritu Santo (“… también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”, Lc. 3:21-22). El bautismo en el Espíritu Santo

En éste momento el Señor Jesús es ungido por el Espíritu Santo (símbolo de consagración; en el A.T. los reyes, profetas, y sacerdotes eran ungidos, esto indicaba equipamiento sobrenatural para la obra, y separación para Dios). Este acontecimiento marcaba el inicio del ministerio sobrenatural del Señor Jesús, comienzo confirmado por Dios mismo.

El Espíritu Santo vino “como paloma” Las características de la paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente, fácilmente contristada o asustada y fiel (las palomas se aparean con la pareja que eligen para toda su vida). El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni obliga a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones, y precede la voz del Padre (afirmando la identidad del Hijo), esto nos enseña que será más fácil oír al Padre en la medida de la comunión con el Espíritu, y esto afirmará nuestra identidad como hijos de Dios.

En su ministerio el Señor Jesús recurrió a los dones y poder del Espíritu Santo (“el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para…”  Lc. 4:16-19). El Señor Jesús inicia su ministerio después de haber sido ungido por el Espíritu Santo, viene de derrotar al tentador en el desierto (así pues aprendemos que para desarrollar un ministerio eficaz requerimos la unción del Espíritu Santo, y que es él quien nos fortalece y capacita para la batalla).



PREGUNTAS

¿Qué les dice Juan el Bautista a los cobradores de impuestos?

¿Como se manifiesta el espíritu en el bautismo de Jesús? ¿Qué dice la voz del cielo?

¿Existe el Espíritu Santo para ustedes? ¿Como se manifiesta en sus vidas?

El espíritu santo en la vida de Jesús


Jesús posee el Espíritu en plenitud



"El espíritu del señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos a liberar a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del señor" (Lc 4, 18-19)




Cristo nace y el Espíritu lo precede; es bautizado y el Espíritu lo testifica; es sometido a la prueba y él lo conduce a Galilea; realiza milagros y lo acompaña; sube al cielo y el Espíritu le sucede.



Toda la vida y la actividad salvadora de Jesús es animada por la presencia del Espíritu Santo.